Desde El Valle, Bahía Solano, la ciencia y el turismo se unen contra la depredación del ecosistema

En el corazón del Pacífico chocoano hay un rincón donde la ciencia y el turismo caminan de la mano para evitar la depredación del ecosistema: corregimiento El Valle – Bahía Solano.

Desde el Pulmón del mundo, la Asociación Caguama materializa esta labor sumando esfuerzos para monitorear y velar por la conservación de las tortugas marinas, seis de sus siete especies en vía de extinción, según investigaciones publicadas por National Geographic en el último año.

Su trabajo consiste en cuidar los huevos de las tortugas y cuando nacen velar porque su tránsito hacia el mar sea seguro. Las pequeñas crías desfilan por la arena gris y se internan en las aguas del Pacífico, como acudiendo al llamado natural. Paso a paso con la fuerza que las caracteriza, las tortugas marinas, también llamadas Caguama, se pierden entre las olas del mar, estrenan su nueva vida y juguetean con las olas disfrutando su libertad.

“Cada que se hace una liberación es una emoción. Con nuestro trabajo invitamos a la conservación del medio ambiente, a replicar el mensaje”, expresó Evelyn Pérez -representante legal de la Asociación Caguama.

Un grupo de hombres y mujeres nativos monitorean las playas, hacen seguimiento a las tortugas, recogen sus huevos -evitando la depredación-, los llevan a viveros artificiales -durante un tiempo promedio de 80 días- y los cuidan protocolariamente hasta que llega el momento cumbre.

“Este es un trabajo alineado con la sostenibilidad del medio ambiente. Dentro de nuestros planes o actividades hemos integrado los patrullajes nocturnos, avistamiento de tortugas, ‘guianzas’, la siembra y la liberación para que busquen su camino hacia el mar”, precisó Evelyn Pérez.

Sumado al amor por esta especie y al respeto por la madre naturaleza, este trabajo voluntario se ve fortalecido por el turismo, uno de los pilares que les permite generar ingresos para las familias involucradas en este proyecto que -por estos días- se han visto un poco golpeadas por los cambios abruptos que trajo consigo la pandemia por la covid-19 y a su vez, las restricciones planteadas por el Gobierno nacional en aras de evitar su propagación.

“Amamos lo que hacemos, pero el trabajo de nuestra organización no nos provee lo suficiente para vivir completamente de nuestro emprendimiento. Cada miembro de Caguama debe rebuscarse por su lado porque lo de Caguama es como otra ayuda. Durante este tiempo de pandemia no hemos tenido apoyo económico, pero la gente nos ha brindado su apoyo a través de las redes sociales, la ciudadanía”, indica Evelyn.

Desde mediados de marzo -cuando se planteó la cuarentena obligatoria para mitigar los efectos de la Covid- 19- recibieron turistas, hasta hace poco cuando -empezando octubre- se reactivaron los vuelos a nivel nacional y llegaron de nuevo a turistas, excursionistas y viajeros a recorrer las cálidas playas del Chocó, y con ello pudieron retomar los patrullajes nocturnos y los recorridos en El Valle.

“Seguimos trabajando como equipo. Como asociación”, completó la representante legal de Caguama.

Con voz firme y mucha motivación este grupo de nativos nos invita a trabajar en pro de la sensibilización sobre la frágil realidad de las tortugas marinas y la importancia de replicar el mensaje de la conservación y preservación de sus especies.

 

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